Mi nombre es Iris Eunice Salgado y soy originaria de Honduras. Hace tres años llegué a este país después de haber estado inmersa en el mundo de las drogas, el alcohol y las pandillas. Pensé que nunca saldría de ese ambiente y estuve al borde de la muerte en varias ocasiones. Sin embargo, Dios tenía un gran plan para mi vida que no comprendí hasta que conocí a la hermana Gladys y a la Iglesia Rey de Reyes.
Desde el primer día que llegué a esta Iglesia, mi experiencia fue hermosa. La pastora me dio la bienvenida y dijo: «Más que una iglesia, somos una familia» y estas palabras se hicieron realidad. Ellos han sido como una familia para mí, me han apoyado en momentos de quebranto y vacío. Dios me habló muchas veces a través del pastor y sus palabras me ayudaron a seguir adelante. Fue entonces cuando tuve un bello encuentro con Dios.
Viviré agradecida con Dios y con mi segunda familia, Rey de Reyes, por tan bello apoyo a mi vida. También agradezco a mis pastores por siempre escucharme y aconsejarme. Oramos para que Dios siga bendiciendo sus vidas. ¡Gracias!
El Señor restauró mi vida por completo. Fui sacada del fango por su mano que se extendió hacia mí. Después de haber perdido todo, mi esposo, mi hija, mi hogar y mi salud mental, todo en mi vida cambió cuando su presencia llegó a mi corazón, esa gloria que todo lo transforma. A pesar de que los médicos me habían dicho que nunca podría tener un bebé con mi esposo, Jesús cambió el veredicto y nos dio un precioso bebé, además de devolverme a mi hija mayor. Su gloria en mi vida fue tan grande que mi esposo español también cayó rendido a sus pies.
Fue buscando en la radio la guía del Espíritu Santo que llegué a Radio Avivate y de esa manera el Señor me llevó a la iglesia Rey de Reyes. Cuando fui allí por primera vez, sentí que ese era mi lugar, donde otros hermanos al igual que yo también habían tenido un encuentro con Él.
Después de que el pastor me recibiera y hablara conmigo, me di cuenta de que mi lugar estaba allí. «Más que una iglesia, somos una familia», dijo la pastora, y es verdad. Bendigo a mi amada iglesia Rey de Reyes, a mis preciosos y amados pastores, el pastor Federico Tranfa y la pastora Patricia de Tranfa, siervos del Dios Altísimo en esta tierra con corazones de pastor que lo han dado todo por la obra del Señor, y a mis amados hermanos en Cristo.